COVID-19 LA FRONTERA MÁS TRANSITADA DEL MUNDO: DOS REALIDADES Y UNA PARANOIA
Hasta este viernes, entre Tijuana y San Diego todos los días iban y venían más de 35 mil personas. El condado estadounidense tiene 105 casos confirmados de COVID-19 mientras su vecina apenas registró hoy el primero. A la espera de explicaciones sobre por qué en la ciudad mexicana no hay más contagios, los residentes transfronterizos viven con doble miedo: sienten que pueden contraer la enfermedad en cualquiera de los lados de línea fronteriza.
Mónica Ibarra Hernández vive en Tijuana porque la renta es más barata, pero todos los días se levanta a las 5 de la mañana para formarse en la línea internacional de San Ysidro para trabajar como cajera en un banco en San Diego, Estados Unidos.
La rutina ya era desgastante: se levantaba corriendo y se formaba en la “línea”, como le llaman, y ahí esperaba hasta dos horas para cruzar y después acomodarse en la ventanilla del banco a las 8 de la mañana. Pero desde que se registró en febrero el primer caso de coronavirus en San Diego la rutina ha cambiado y su estado de ánimo también: se ha vuelto doblemente paranoica.
Ahora cuando cruza los agentes de migración le toman con una pistola la temperatura, preguntan si no ha salido del país y la observan con detenimiento para ver si tose o estornuda. Aunque el verdadero problema es cuando llega al banco y la gente la mira con desconfianza porque viene de México.
“Porque pues estás viniendo de Tijuana y México tiene los niveles de prevención más bajos que Estados Unidos, entonces todos los americanos tienen miedo de que nosotros vayamos a infectarlos y eso a ti también te hace sentir pánico”, cuenta.
Ella también teme que la contagien de coronavirus en el banco en San Diego, pero hay que seguir trabajando, dice resignada. “No sabes de dónde vienen las personas, te da miedo hasta agarrarles el dinero”.
Ibarra, de 31 años, regresa a Tijuana y siente aún más pánico porque se da cuenta que las personas no toman en serio el coronavirus.
“Necesitas ir al mercado y la gente no tiene cuidado, tosen, tocan todo. El gobierno no hace nada. Estás con toda la paranoia y no es como que cruzas a Tijuana y ya te la quitas de encima porque hay mucho menos cuidado. Miedo en un lado y en otro”, dice.
Ibarra vive en Tijuana —San Diego, donde unas 35 mil personas viven de un lado de la frontera y trabajan o estudian del otro, la ciudad estadounidense tiene 105 personas contagiadas de coronavirus y está prácticamente cerrada, mientras su vecina mexicana apenas registró hoy el primero y recién el miércoles cancelaron las clases.
Además de los 35 mil llamados transfronterizos, esa frontera tiene un tráfico diario de otras 80 mil personas y la garita más congestionada del mundo. Tijuana es una ciudad de 1.6 millones de habitantes y el condado de San Diego tiene 3.2 millones. Pero mientras en San Diego hay 105 casos de COVID-19, y 675 en todo el estado de California, en Baja California hay cinco casos registrados, 4 en Mexicali, y uno en Tijuana ¿Será que el muro fronterizo impide los contagios?
Cuando México está en el día 22 desde el primer caso confirmado y tiene 164 personas contagiadas, en Estados Unidos el día 22 de pandemia se registraba el número 13 en el país, justamente el primer caso en San Diego.
Para el jardinero mexicano con visa de trabajo en Estados Unidos José de Jesús Sánchez González, la dinámica también ha cambiado: antes cruzaba a la 1:30 de la mañana para trabajar en un campo de golf y ahora además de la revisión habitual le hacen un interrogatorio en la garita para descartar que tenga coronavirus.
El miedo a contagiarte no tiene fronteras, cree el jardineor, que opina que en San Diego se han tomado medidas drásticas y no pasa lo mismo en Baja California.
Hasta la última semana de febrero, dos semanas después del primer caso registrado en San Diego, las autoridades de Baja California seguían recomendando lavarse las manos y no escupir en público como única medida para no esparcir el virus.
El 13 de marzo, cuando San Diego tenía ya 11 casos confirmados, en Tijuana se celebraba un partido de fútbol en un estadio con capacidad para más de 27 mil personas.
Para Gustavo de la Fuente, director ejecutivo de San Diego – Tijuana Smart Border Coalition, una organización que durante años ha buscado soluciones prácticas para la movilidad por los puertos de entrada entre ambos países, considera que ante la pandemia es momento de ver cómo se va actuar en esta zona binacional para encarar el flagelo.
“Y es ahí donde no siempre estamos preparados porque somos países distintos. Hay tantas cosas tan distintas pero a la vez no, porque muchos de nosotros vamos y venimos. No se trata de dos países si no de una región, estás compartiendo el aire, la gente va y viene. Quizá esto también nos diga que muchas de las políticas sobre todo en cuanto salud tienen que ser binacionales”, considera.
Admite que en San Diego preocupa lo que pasa en el lado mexicano y ya se ha externado en foros y espacios en California. “No quiere decir que no hay casos del lado mexicano. Yo creo que nos vamos a ir dando cuenta que va a haber más y más casos conforme avance el flagelo, la gente empieza a hablar”.
¿Pocos casos o falta de pruebas?
El investigador del Colegio de la Frontera Norte José María Ramos, que lidera el foro virtual COVID-19 «¿Qué aporta la gobernanza transfronteriza?”, que analiza las alternativas y desafíos ante la incertidumbre global, consideró que la reacción ha sido tardía desde que se detectó el primer caso en San Diego hasta que las autoridades mexicanas asumieran una posición con respecto a la pandemia.
“Es preocupante que en el condado de San Diego se están haciendo diagnósticos y se está logrando identificar (estos casos) y se debe a que ellos cuentan con los recursos, a diferencia de las autoridades mexicanas, de ahí que se aprecia cuales son las prioridades en materia de políticas públicas e infraestructura médica entre estos países”, dijo en entrevista telefónica con Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad.
“Por eso esta cifra (105 casos) en San Diego y esos escasos dos casos que se han dado en el caso de Mexicali (hasta el jueves), entonces se refleja en que allá si hay medidas institucionales”.
Ramos lanza una pregunta: “¿hay pocos casos o es porque no se cuenta con los recursos tecnológicos y financieros para hacer compras médicas de una serie de infraestructura que me permitiría saber si las personas tienen el virus o no?”.
El 10 de febrero el condado de San Diego anunciaba la detección del primer caso de coronavirus; ese mismo día sus vecinos mexicanos aseguraban que para ellos no era un riesgo.
“Por supuesto que no, es un riesgo como cualquier enfermedad viral aérea. Lo que yo digo es que Baja California es uno de los estados más preparados para este tipo de CONTINGENCIAS”, dijo entonces el secretario de Salud de Baja California, Alonso Pérez Rico.
El 14 de febrero San Diego declaró “estado de emergencia de salud” como medida precautoria. Catorce días después anunció que su laboratorio público ya estaba capacitado para hacer las pruebas de coronavirus, lo cual les ahorraría tiempo. Mientras tanto, en Baja California, la Secretaría de Salud empezaba a lanzar algunas recomendaciones básicas como no saludar de mano, de beso, escupir en la calle o no caer en pánico.
Desde que se registró su primer caso, el condado de San Diego instaló 66 lavaderos de manos; anunció el cierre de 42 distritos escolares y emitió medidas drásticas como prohibir las concentraciones y cierre de bares.
El 13 de marzo, el diario San Diego Union Tribune en su versión en español titulaba una nota “Pues en Tijuana, sí habrá fútbol”. Los Xolos de Tijuana jugaron un partido en el estadio Caliente.
En Baja California fue hasta el pasado 17 de marzo, cuando se registraron los dos primeros casos de Coronavirus –dos mujeres que viajaron al estado de Washington, a 2,200 kilómetros de Mexicali, que el gobierno invitó a la población a evitar concentraciones públicas y anunció suspensión de clases a partir del 18 de marzo.
El investigador del Colef consideró que tanto los residentes fronterizos como los turistas mexicoamericanos que viven en California representan un riesgo latente por el alto número de casos positivos en San Diego.
El doctor Ricardo Vega Montiel, presidente del clúster Médico de Baja California, dijo que la semana pasada en una reunión mensual que tuvieron con autoridades estadounidenses, entre ellos personal de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), los cuestionaron sobre qué estaban haciendo los mexicanos ante la crisis de coronavirus.
“Nosotros teníamos que demostrar que estábamos haciendo algo, porque en las juntas con CBP y en las juntas de la Cámara de Comercio o de la Comisión binacional y organismos, pues siempre comentaban ¿qué está haciendo Tijuana? ¿Baja California? Entonces dijimos ‘no, pues hoy mismo vamos a poner los módulos’”, cuenta.
El 1 de marzo, el secretario de salud de Baja California aseguraba que la instalación de posibles filtros para detectar casos de coronavirus en las garitas no estaban CONTEMPLADOS ya que “ poner filtros médicos para una enfermedad que incuba 14 días, en los cuales puede que no se presente sintomatología es poco práctico”.
Es el sector médico privado de la región el que ha instalado filtros sanitarios en la frontera San Ysidro- Tijuana, ya que el flujo es muy grande e incluso los visitan pacientes estadounidenses por sus precios más económicos. Fue el hospital SIMSA, que atiende a residentes norteamericanos en México y se localiza a unas cuadras de la garita, el que tomó la batuta de este proyecto.
En estos filtros a todos se les toma la temperatura, se les pregunta si tienen síntomas como fiebre y tos y si los tienen se les aísla en otra área.
El presidente del clúster Médico de Baja California dijo que desde el pasado viernes atienden en tres módulos a alrededor de 200 personas al día.
El presidente de Estados Unidos Donald Trump anunció este viernes por la mañana el cierre de la frontera con México para cruces no esenciales, es decir principalmente turismo y entretenimiento. La medida no afectaría a trabajadores o estudiantes transfronterizos ni el comercio y es efectiva a partir del sábado en la noche.
Mientras tanto los residentes transfronterizos como Mónica Ibarra se preguntan ¿qué es un cruce esencial? ¿ir a trabajar lo es? Una nueva causa para temor en esta inédita época de miedo por el coronavirus.
Hidalgo instala primer hospital inflable para enfrentar COVID-19
La unidad medica forma parte del Operativo Escudo que se ha instalado en la entidad hidalguense para preservar la salud de la población
Por: SUN
19 de Marzo de 2020 – 13:48 hs
Interior del hospital inflable, hospital inflable, en la ciudad de Pachuca. EFE / D. Martinez
El gobierno del estado de Hidalgo instaló el primer hospital inflable para atender únicamente a las personas con infecciones respiratorias agudas y con ello evitar la contaminación de la red hospitalaria del estado.
Se trata de un hospital de respuesta inmediata para atender el coronavirus COVID-19 y forma parte del Operativo Escudo que se ha instalado en la entidad hidalguense para preservar la salud de la población, afirmó el gobernador Omar Fayad Meneses.
Dijo que no hay mejor respuesta a la pandemia que el aislamiento en los casos considerados como sospechosos, así como contar con los insumos, el personal médico y dar seguimiento familiar, personal y social en cada caso que se de positivo.
Se explicó, durante el recorrido que realizó el mandatario estatal en este hospital inflable, que cuenta con 50 camas, farmacia, laboratorio, unidad de telemedicina para la orientación a la red hospitalaria de la entidad, además de un comedor para el personal médico y de enfermería.
Salud Hidalgo@Salud_Hidalgo
Recorrido por el Hospital de Respuesta Inmediata #Covid-19#OperativoEscudo@omarfayad @AlejandroEfran2 @SSalud_mx @JLRomoCruz @IMSS_HGO @ISSSTE_HGO @cruzrojadelhgo
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19:53 – 18 mar. 2020
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También, se comentó que cualquier hospital del estado puede practicar estudios de laboratorio para confirmar el coronavirus, pero solamente el Laboratorio Estatal de Salud Pública es el único autorizado para analizar las muestras, de ser positivas -por protocolo- serán canalizadas al Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE), instancia que confirmara los resultados.
https://infogram.com/coronavirus-como-protegerse-1hzj4omo8oj76pw
Ordena jueza acciones para frenar Covid-19
Aspecto del Hospital Inflable de Respuesta Inmediata instalado en Pachuca. Foto: Archivo
Víctor Fuentes
Cd. de México (19 marzo 2020).- Una jueza federal ordenó hoy al Gobierno tomar todas las acciones necesarias para detectar a las personas infectadas por el coronavirus.
Ana Luisa Priego, jueza Décimo Tercera de Distrito en Materia Administrativa, concedió al menos cuatro suspensiones de oficio, en amparos promovidos por ciudadanos que reclaman al Gobierno “la omisión de establecer medidas de seguridad eficaces para evitar el contagio” de virus que provoca la enfermedad Covid-19.
Priego es la única jueza administrativa de guardia en la Ciudad de México, luego que el Poder Judicial cesó actividades desde ayer durante un mes, y solo está facultada para tramitar amparos por temas urgentes, lo que en su criterio corresponde a esta pandemia.
“Se concede la suspensión de plano para que las autoridades responsables, implementen las medidas preventivas y acciones para detectar las personas infectadas con el virus SARS-CoV-2 (Covid-19), ya que la inactividad y falta de intervención oportuna respecto a dicho lineamiento se puede traducir en el avance del virus referido e incluso en la propagación en el territorio mexicano, con lo que resultaría imposible restituir a la parte quejosa en el disfrute al derecho humano de la salud y la vida”, expuso.
“La medida cautelar se otorga para el efecto de que las autoridades responsables provean las diligencias necesarias para vigilar y garantizar que se cumpla con el lineamiento referido en este párrafo, con la finalidad de garantizar los derechos humanos. Lo anterior es así, ya que se estima existe peligro en la demora, ante los daños de difícil e incluso de imposible reparación, pues es un hecho notorio para la sociedad que al día de hoy, dicha epidemia se extendió a más de 160 países y en México existen 93 casos confirmados. Por tanto, se deben tomar las medidas y acciones sanitarias y de cuidados necesarios para detectar los casos de personas infectadas”.
Las suspensiones, que fueron firmadas por la jueza este miércoles dan 24 horas a las autoridades para informar sobre su cumplimiento, bajo advertencia de multa si no acatan.
Jueces federales de Morelia y Oaxaca ya habían otorgado la semana pasada dos suspensiones que también exigen al Gobierno medidas más amplias para enfrentar la pandemia.
En los informes que rinda, la Secretaría de Salud puede argumentar que está haciendo lo suficiente por ahora, y los jueces tienen que valorar si con esto se acata la suspensión, dado que el Poder Judicial no es la autoridad legalmente facultada en materia de emergencias sanitarias.
Hora de publicación: 12:56 hrs
Fuente:https://www.reforma.com/ordena-jueza-acciones-para-frenar-covid-19/ar1900357?cx_testId=108&cx_testVariant=cx_1&cx_artPos=1#cxrecs_s
Impacto del coronavirus en la economía mexicana: Enrique de la Madrid
Alicia Salgado Said
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Alicia Salgado, conductora de la Tercera Emisión de Enfoque Noticias, conversó con Enrique de la Madrid, analista político, acerca de la situación que se vive por el coronavirus.
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Coronavirus: por qué EE.UU. “está fracasando” en la forma en que combate el covid-19 y cómo deja en evidencia su sistema de salud
Lioman Lima – @liomanlimaBBC News Mundo
Un hombre que regresó a Estados Unidos de China en febrero pasado se sintió resfriado y fue a una sala de emergencias en Miami ante el temor de haberse contagiado de coronavirus durante su viaje.
Tras un par de análisis, los médicos le dieron la buena noticia: era solo un catarro común. Le recetaron algunos medicamentos para el malestar y lo mandaron a casa.
Una carta que recibió un par de semanas después casi lo enferma de nuevo: le debía al hospital más de US$3.000 por los gastos de las pruebas que le habían hecho.
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A medida que el virus se esparce por el país y que los contagios aumentan, académicos, expertos en salud y organizaciones civiles temen que el caso -reportado primero por el Miami Herald– no sea el único.
O peor: que la propia forma en la que está diseñado el sistema de salud estadounidense -el más caro del mundo- contribuya de forma indirecta a una mayor expansión del covid-19.
Este jueves, el doctor Anthony Fauci, jefe del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE.UU., admitió que el sistema de salud del país “está fracasando” en la forma en la que está respondiendo a los nuevos casos de coronavirus.
“El sistema no está realmente orientado a lo que necesitamos en este momento, a lo que se está requiriendo. Eso es un fracaso. Admitámoslo”, dijo la principal autoridad en infectología del país en una audiencia ante el Congreso.
La semana pasada el gobierno de Trump pidió más de US$8.000 millones al Congreso para hacer frente a los efectos del virus, mientras el Departamento de Salud solicitó US$2.500 millones para monitorear y detectar los contagios, apoyar a los gobiernos estatales y locales y desarrollar vacunas y tratamientos.
Trump designó a su vicepresidente, Mike Pence -sin ninguna experiencia en manejo de temas de salud- al frente de la “fuerza de choque” que dirigirá las tareas para combatir el virus en el país.
Sin embargo, hasta la fecha, aunque Trump anunció el veto a la llegada de extranjeros desde 26 países europeos y se han adelantado numerosas medidas económicas para intentar calmar los mercados y estabilizar la bolsa, se desconoce cuál es el plan concreto del gobierno para intentar lidiar con el virus desde su sistema de salud pública.
“Nunca se está preparado para un virus como este y creo que ningún país lo estaba. Pero es cierto que en el caso de EE.UU. la respuesta no ha sido lo suficientemente rápida”, le dice a BBC Mundo Alex Greninger, experto en virología de la Universidad de Washington.
El problema con el número de casos
Uno de los hechos que mayor desconcierto causa entre la comunidad científica estadounidense es el número de casos reportados oficialmente por las autoridades de salud.
“Lo que pasa ahora es que, a ciencia cierta, no sabemos cuántos casos hay realmente en el país“, le comenta a BBC Mundo el doctor William Schaffner, profesor de Medicina Preventiva y Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la organización de salud pública estatal encargada del monitoreo del virus, hasta el martes 11 de marzo se habían reportado 696 casos y 25 muertes en EE.UU.
Y si bien los expertos consultados por BBC Mundo consideran que las estadísticas de la organización son fiables, creen que los problemas que presentaron los CDC desde un inicio para monitorear los casos llevaron a que sus cifras no den cuenta actualmente de la verdadera expansión del virus por EE.UU.
“Los números que dan los CDC son precisos, pero la pregunta es si reflejan realmente la distribución del coronavirus por el país”, señala Schaffner.
“Somos una nación enorme. ¿Todavía la enfermedad se muestra focal en solo unos pocos lugares como indican esos datos? ¿Se ha distribuido ampliamente por todo el país? Es algo que no sabemos con certeza”, agrega.
El problema con las pruebas
Los expertos en salud consultados por BBC Mundo coinciden en que la principal causa por la que no se tienen estadísticas más fiables de la situación del coronavirus en EE.UU. está vinculada con la escasez de pruebas para detectar a los enfermos de covid-19.
“El primer elemento para la contención es tener disponibles los test que nos permitan aislar a la población enferma. Eso es algo en lo que nos hemos demorado mucho”, considera Greninger.
Krys Johnson, profesora de Epidemiología de la Universidad de Temple, recuerda que el problema comenzó cuando los CDC decidieron que serían ellos quienes fabricarían los dispositivos para examinar a los potenciales enfermos.
“El resultado fue que cuando comenzaron a enviar los kits de las pruebas a los estados se encontró que no funcionaban bien, estaban defectuosos y tuvieron que cambiarlos. Fue un proceso que demoró y por tanto, gran parte de los estados no pudo comenzar a hacer estas pruebas hasta hace muy poco”, señala.
Durante más de un mes, cada estado debía enviar las muestras de posibles contagios por correo postal a la sede de los CDC en Atlanta, los únicos autorizados para realizar las pruebas.
Así, no fue hasta esta semana que los 50 estados contaron con la capacidad técnica para realizar los exámenes, aunque el número es limitado.
Según cifras oficiales, hasta el pasado martes, solo 79 laboratorios estatales o del sistema de salud pública contaban con capacidades para hacer las pruebas, en un país con más de 327 millones de habitantes.
Mientras, territorios de ultramar, como Puerto Rico, todavía no contaban con los dispositivos para ofrecer este servicio a su población.
El gobierno boricua confirmó esta semana que en la isla hay varias personas “potencialmente contagiadas”, pero dado que han tenido que enviar las muestras a la sede de los CDC en Atlanta, no han podido confirmar los casos a la espera de los resultados oficiales.
Más de tres días después del anuncio, todavía este jueves Puerto Rico estaba esperando por la confirmación.
Johnson recuerda en ese sentido que otra de las limitaciones fue que los laboratorios privados no obtuvieron los permisos federales para realizar las pruebas hasta el pasado 29 de febrero, lo que limitó también el número de personas que podían acceder a los exámenes para el coronavirus.
“Creo que a medida que las pruebas comiencen a extenderse más por el país en los próximos días esto conducirá a un aumento en el número de casos positivos en EE.UU.”, opina.
El problema con el acceso a las pruebas
Schaffner, por su parte, comenta que los problemas no terminaron con la distribución de los kits de las pruebas.
“Desafortunadamente, el test no es accesible para toda persona sospechosa de tener el virus. Hasta ahora, existe una lista de criterios determinados por los CDC que un paciente debe cumplir para ser sometido a un examen para detectar la presencia de coronavirus”, indica.
Luego de que Trump anunciara la pasada semana que cualquier persona con sospechas de haberse contagiado podría realizarse un test, el secretario de Salud, Alex M. Azar, corrigió que solo aquellos que acudieran previamente a un especialista podrían hacerlo.
De acuerdo con Schaffner, bajo este criterio los médicos solo pueden prescribir la prueba a cuadros clínicos que muestren síntomas como tos, fiebre y problemas respiratorios notables, pero no a quienes no presenten síntomas aunque se hayan encontrado en situaciones de riesgo.
“En la parte privada, los laboratorios ya aceptan especímenes de cualquier persona para su análisis de forma muy fácil previa prescripción médica, pero lógicamente esto no es accesible para toda la población, porque tiene un costo elevado para los seguros”, añade.
En gran parte de los países de Europa y Asia afectados por la epidemia, los exámenes para detectar el virus se practican de forma gratuita a todas las personas sospechosas de haberse contagiado, incluso antes de presentar síntomas.
En algunas naciones, como Corea del Sur o Alemania, se ha creado un mecanismo donde incluso se le puede hacer la prueba a las personas desde sus autos.
“La idea de que alguien pueda hacerse fácilmente las pruebas como lo hacen las personas en otros países… no estamos preparados para eso. ¿Que si creo que creo que deberíamos estarlo? Sí. Pero no lo estamos” afirmó Fauci este jueves.
De acuerdo con los epidemiólogos esto en sí mismo puede convertirse en un problema para contener el virus.
“Uno de los problemas con este virus es que tiene un periodo de incubación de hasta dos semanas en el que no siempre se manifiestan síntomas, pero sí se transmite. Entonces, si se pueden hacer pruebas en casos donde existan sospechas sólidas, es una medida que puede servir para detener la propagación del virus”, considera Greninger.
Hasta este miércoles se desconoce el número de personas que EE.UU. ha sometido a exámenes para detectar el coronavirus.
Los CDC dejaron de publicar sin explicación a inicios de marzo las cifras al respecto, pero entonces el número rondaba apenas los 1.500, cuando había transcurrido más de un mes después de reportarse los primeros contagios.
Ahora solo publica el número de las muestras analizadas con las que comenzaron a hacer las pruebas (hasta este miércoles ascendían a 11.079), pero el dato, sin embargo, no indica el número de personas, ya que a un solo paciente se le pueden tomar varias muestras.
Para que se tenga una idea, Corea del Sur, donde se reportaron los primeros casos en la misma fecha que en EE.UU,ha realizado las pruebas a más210.000 personas y realizaban un promedio de 20.000 exámenes de coronavirus todos los días, una cantidad superior al total de muestras que ha analizado EE.UU. en más de un mes.
En Reino Unido, donde se han reportado tres muertes por el virus, se ha evaluado a casi 30.000 potenciales contagios y se realiza un promedio de 1.000 pruebas por día.
BBC Mundo intentó contactar a los CDC para conocer el total de personas a quienes les han realizado las pruebas y los motivos para dejar de ofrecer esta información en su página web, pero no obtuvo respuesta.
El problema con los seguros
El tema del acceso a las pruebas para detectar el coronavirus en Estados Unidos no se separa de otro más complejo: sus potenciales costos y el acceso al sistema de salud de los que requieran atención médica.
Más de 27,5 millones estadounidenses no tienen acceso a seguros de salud, según datos de la Oficina del Censo, lo que podría llevar a que muchos que presenten síntomas o requieran tratamiento no acudan a los hospitales por temor a los elevados costos.
Pero incluso para muchos que sí tienen seguros, los “copagos” que deben desembolsar -una cantidad de dinero que no cubren las aseguradoras y que en ocasiones puede ser de miles de dólares- también puede hacer que muchos desestimen la posibilidad de ir al médico.
Según datos de la ONG Commonwealth Fund, más de 44 millones de personas se encuentran en este último grupo, que se define como de “seguro insuficiente”.
“Algunos estados están cubriendo los costos asociados con las pruebas. Sin embargo, si los pacientes presentan síntomas respiratorios graves como resultado del covid-19, aquellos que no tienen seguro o con un seguro insuficiente serán los más afectados por las repercusiones financieras del tratamiento”, indica Johnson.
Una encuesta realizada en 2019 por Gallup y West Health indicó que el 26% de los estadounidenses había pospuesto tratamientos médicos en los últimos 12 meses debido a los costos y el 19% había dejado de comprar los medicamentos indicados por iguales motivos.
Mientras, casi la mitad de los encuestados respondió que estaban “preocupados” o “extremadamente preocupados” de que una potencial situación de salud en sus hogares pudiera llevarlos a la bancarrota.
En Estados Unidos, además, viven más de 10 millones de inmigrantes indocumentados, y una nueva normativa del gobierno de Trump que entró en vigor el mes pasado limita la posibilidad de residencia en el país a quienes utilicen los seguros del gobierno u otros beneficios de salud.
“En este punto de la enfermedad, creo que es importante que se tomen las medidas para que toda la población sospechosa de haberse contagiado pueda acceder a las pruebas y autoaislarse para evitar los contagios”, opina Greninger.
Los problemas para el aislamiento
De acuerdo con Johnson el aumento potencial de los casos que se registrará en los próximos días requerirá no solo de acciones gubernamentales y de los estados, sino también a nivel individual.
“Nosotros, como nación, deberíamos hacer lo que podamos individualmente para proteger la salud de los demás. Los que puedan trabajar desde casa deben elegir hacerlo. Los que están enfermos deben autoaislarse”, indica.
Las recomendaciones de la experta coinciden con las de los CDC, que han sugerido a las compañías que alienten a sus empleados a quedarse en casa y trabajar de forma remota o tomar días por enfermedad si presentan síntomas.
Sin embargo, según datos del Departamento del Trabajo, la cuarta parte de la población laboralmente activa de EE.UU. no tiene acceso a días de enfermedad remunerados.
La situación se hace más crítica para aquellos que no tienen contratos fijos o empleados de servicios como restaurantes y hoteles que, contradictoriamente, son las personas que tienen contacto directo con el público.
“Escuchamos que aquellos que están enfermos deben autoaislarse. Sin embargo, esto deja fuera a las personas que no pueden trabajar de forma remota o que no tienen vacaciones pagadas, que de hacerlo quedarían sin una forma de mantenerse económicamente”, comenta Johnson.
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La consecuencia de esto, según la experta, es que muchos continuarán trabajando incluso si experimentan síntomas respiratorios, lo que podría solo agravar la crisis de salud pública.
“Si toda la población de EE.UU. se contagiara de coronavirus en las próximas dos semanas, nuestro sistema de atención médica no podría manejar la tremenda cantidad de hospitalizaciones y muertes que ocurrirían entre las personas más susceptibles al virus”, opina.
Congresistas demócratas han pedido que el gobierno tome medidas para garantizar días de enfermedad a los enfermos y en su mensaje del viernes Trump indicó que anunciaría “medidas de emergencias” en ese sentido, aunque no qué tipo de trabajadores serían beneficiados.
“Para garantizar que los trabajadores estadounidenses afectados por el virus puedan quedarse en casa sin temor a dificultades financieras, pronto tomaré medidas de emergencia, que no tienen precedentes, para proporcionar ayuda financiera. Esto estará dirigido a los trabajadores que están enfermos, en cuarentena o atendidos debido al coronavirus”, afirmó.
El doctor Joshua Sharfstein, vicedecano de Práctica de Salud Pública en la Universidad Johns Hopkins, le dice a BBC Mundo que la situación actual requiere una atención máxima, pues si de momento el sistema sanitario del país cuenta con los recursos para hacer frente a la epidemia, lo imprevisible del virus hace que no se pueda saber qué pasará en un futuro cercano.
“La preocupación es cuánto durarán los suministros, dado el rango potencial de estimaciones para el impacto de la epidemia”, señala.
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